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martes, 10 de febrero de 2015

Purple Hibiscus, de Chimamanda Ngozi Adichie


*Título; Purple Hibiscus
*Autor: Chimamanda Ngozi Adichie
*Editorial: Harper Perennial (Inglés)
*Páginas: 307


El mundo de la quinceañera Kambili se reduce a los altos muros que delimitan la mansión de su familia. Su acaudalado y devoto católico padre, bajo cuya sombra vive Kambili, es reconocido públicamente como benefactor y activista político pero en casa desata su represivo fanatismo religioso. Cuando Nigeria empieza a desmoronarse a raíz de un golpe militar, el padre de Kambili la envía a ella y a su hermano a pasar una temporada con su tía, una profesora universitaria, cuya casa está llena de risas y revuelo. Allí, Kambili y su hermano descubren una vida más allá de los confines de la autoridad paterna.

Chimamanda está de moda. Y con razón. Es una voz novedosa, potente y orgullosa de su intencionado feminismo que nos descubre la intrahistoria de la Nigeria contemporánea, para mi -y para el común de los occidentales- desconocida. Mi intención y obligación -University tasks- es leerme su obra completa antes de junio, y Purple Hibiscus ha sido un digno entrante.


La historia me resulta amena, despierta mi curiosidad y los hechos se van sucediendo sin que el interés decaiga por mi parte. Aunque los personajes son consistentes, sí que se echa en falta una mayor profundidad psicológica o cierta exploración de su pasado. ¿Cómo llegó el padre de Kambili a ser el tirano que es hoy? ¿Cuál es la historia detrás del empoderamiento personal de la tía Ifeoma? La autora da algunas pistas, pero por lo general, es el lector el que tiene que intuir las respuestas. Hablando del padre de Kambili, es un personaje que genera un rechazo inmediato, y su fanatismo católico y los abusos que comete sobre su familia, además de su relación rota con su propio padre a causa del "paganismo" de este, el abuelo de los niños, hace plantearse si Europa dejó algo mínimamente bueno a África en su legado colonial

Con todo, se nota que Purple Hibiscus es un debut y el ritmo pasa por distintos altibajos, además de que mantiene el incipiente despertar sexual de la protagonista en un plano idealizado, sin ahondar demasiado en el tema, con todo el juego que podría haber dado. En cualquier caso, me parece una novela completamente recomendable, una lectura fuera de lo habitual, y espero que en las siguientes obras de la autora se subsanen los pequeños defectos que he encontrado.

Mi puntuación: 8