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sábado, 13 de diciembre de 2014

El Gladiador de Chueca, de Carlos Sanrune


 *Título: El Gladiador de Chueca
 *Autor: Carlos Sanrune
 *Editorial: Egales, 2013
 *Páginas: 260



De esta manera tan tonta, y en vez de estudiar para los exámenes de la carrera, que es lo que debería estar haciendo en este sábado oscuro de diciembre, me atrevo a escribir mi primera reseña literaria. 

El Gladiador de Chueca es una novela directa, rápida, a ratos obscena en el mejor sentido de la palabra y conmovedora. Fue un regalo de cumpleaños de unos buenos amigos, y en cuanto la ojeé en el cercanías, de camino a casa, supe que la iba a devorar rápidamente. El autor nos introduce, a través de una voz directa del protagonista, a modo de grabaciones, en los devenires de un joven gay desde su más tierna infancia en un ambiente rural, a través de su estancia en un internado católico y hasta los rincones más sórdidos del Madrid de los 90 y el mundo de la prostitución homosexual. Se trata de una especie de viaje a través de la vida, los desamores y las desventuras de este particular gladiador en su búsqueda personal, de tintes picarescos.


Lo primero que quiero destacar es el tono de la novela, esa primera persona directa, malhablada, atrevida, que desde la primera página nos hace empatizar con un muchacho perdido, con mucho mundo a sus espaldas y muchas decepciones vividas. Las anécdotas sexuales, que abundan, y mucho, parten de lugares comunes, reconocibles, pero transitan por caminos más lamentables que acaban por despertar -al menos, en mi caso- una sensación de profunda tristeza y empatía hacia el protagonista.


De lectura ágil y emociones intensas, El Gladiador de Chueca se considera un clásico del subgénero de literatura gay en español (la primera edición data de 1992), y es evidentemente difícil de conseguir, aparte de en librerías especializadas. Para acabar me gustaría elogiar la valentía del autor, Carlos Sanrune, y de la editorial Egales por atreverse a lanzar y mantener en el mercado libros con esta temática, en tiempos, como dice la canción, malos para la lírica.

Mi puntuación: 7

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